viernes, 15 de abril de 2011

zulú en nuestra vida

La madrugada del 16 de octubre fué trágica para nosotros, nuestra Camilita se descompuso, no tenía vuelta atrás lo de ella, entonces  desidimos ayudarla a partir,  nos quedó el "corazón partío".
Cami no era un perro , era "la cami" así con el artículo adelante, todo un personaje, amadísima por todo el mundo, pero para mí era mi compañera, amiga incondicional,testigo de tantas noches de insomnio y de tantas lágrimas... en fin.

Andabamos los tres (mi hijo, mi marido y yo), con un sindrome de abstinencia perro-camiluna que ni les cuento, haciendonos los fuertes pero con el moco ahí, bien a mano, pa´largarlo en cuanto aparecía una foto de ella , o un juguete, o uno de los tantos ponchitos que yo le tejía, porque con los años se había puesto friolenta la gordita.
Pasó un mes...pasaron dos... sonó el teléfono era de la veterinaria donde siempre atendí a mis bichos, gente de puro corazón animal, Feli y Javi. 
-Negrita; date una vuelta por acá, vení a conocer una cachorrita que me trajeron, sin compromiso...-
Ustedes saben como terminan estas historias, me vine con esta cosita negra en los brazos, mi hijo se enamoró a primera vista, mi marido también, la novia de mi hijo la ama a pesar de que es su rival, jajaj y yo... yo la adoro, es una payasa, presiosa, compradora, inteligente, cariñosa, la alegría de la casa.

curiosa como el chavo del ocho e igual de graciosa.
Se suponía que era una pointer...pero...creo que es de la mejor raza que existe; pura Rambla, jajajaj

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